Promesas.

Un día normal, un día de rutina, te despiertas. No sabes bien por qué te sientes así, de esa manera, tal vez ha sido un sueño.

Como todas las mañanas, te levantas despeinada, vas al baño algo adormilada y poco después, bajas a desayunar.

Intentas averiguar esta sensación tan rara que invade tu cuerpo. Entonces, recuerdas porque estás así.

Llevas unas semanas rara, sin ánimos, fingiendo sonrisas y excusándote por las lágrimas que tus ojos no pueden parar de soltar.

No sabes cómo ha sucedido, ni por qué razón, pero sin motivo alguno todo lo que había, la magia, se acabó.

Tal vez a él no le ha afectado tanto como a ti te está afectando. Apenas te apetece comer, te sientes insegura y muy infravalorada más que nada, porque veías que tu futuro era junto a él.

Es raro como te sientes. Te sientes vacía, incompleta, como si algo te faltase y sí, te falta él.

Es increíble lo que te pudo llegar a hacer sentir. Pero más increíble es que de todas las promesas que hizo, ninguna fuera verdad.
La verdad, no era normal la felicidad que te producía con un simple 'hola' pero mayor era la felicidad, cuando os quedabais hasta las 3 de la mañana hablando de vuestro futuro, de los planes que haríais y de cómo sería todo cuando os vieseis.

Día a día te demostraba su perfección, sus ganas de estar a tu lado aunque bueno, eso era mutuo.

'Mi princesa', 'Mi idiota', 'Mi niña', esas palabras te hacían soñar, te hacían temblar y es más, hacían que tus sentimientos crecieran.

Poco a poco él se fue distanciando sin razón alguna y tú, tú hacías todo lo posible porque ese final no llegase...

Lo prometiste. Lucharías por él, pero él parece ser, que no quería que tú lucharas por él.

Es como si él solo quisiera huir por cobarde, por no tener que decir 'adiós'

Lo mejor es que, te dejó sola, con tus sentimientos tan fuertes y sin ánimo de seguir adelante.

Supongo, que por cosas como estas, no solemos creer en el amor...

Luego quedan canciones con recuerdos, tu voz, vuestras conversaciones eternas pero bonitas...

Tienes que aprender a no aferrarte tanto a tus sentimientos, a cambiar de libro en vez de pasar página.

Fdo: Una maldita idiota que espera verse algún día en tus sábanas.